Historia de Cabo Rojo
Cabo Rojo encierra, dentro de sus 187 kilómetros cuadrados, no sólo una formidable belleza geográfica, sino toda una gama de sucesos históricos y personajes legendarios. El territorio es habitado por aborígenes desde los mismos inicios petites dresses de la Era Cristiana. Estos, aprovechando los abundantes manglares, sus salinas y tierra fértil, se suplían de ostiones y yuca como elementos principales de su dieta. Aún quedan vestigios arqueológicos de nuestros antepasados grabados y estampados en fragmentos de cerámica, petroglifos y restos de bateyes que se encuentran en nuestras costas y áreas montañosas. Tan reciente como en 1990, se halló en Isla de Ratones la osamenta de un indígena correspondiente a la cultura ostionoide (cultura indígena desarrollada en Cabo Rojo) y que data de hace 1,200 años. Tan temprano como para el 1512 (según el historiador don Salvador Brau y Asencio), ya los españoles comienzan a establecerse en las inmediaciones de los Morillos de Cabo Rojo. Esto, con el fin de explotar las ensenadas ricas en sal que poseía el área. Este recurso, tan nuestro como el nombre de Cabo Rojo, fue motivo de combates y defensas valerosas con hacha en mano desde el primer siglo de colonización. Hubo que recuperarlo tras la breve invasión inglesa del 1585 en Punta Águila. Además se defendió exitosamente ante la amenaza aguadeña del 1769. De allí surge el popular nombre de los "Mata con Hacha" y la playa adyacente adquiere el nombre de "El Combate". Para ese mismo año frente a la Ermita San José (construida en 1559 y demolida en 1924), se suscitó otro acontecimiento similar, pero en esta ocasión frente a los sangermeños, logrando la misma suerte. En 1771, se comienzan las gestiones para la fundación del pueblo por previo disgusto de índole territorial con los sangermeños (pueblo del cuál éramos parte). Cabe señalar que una solicitud anterior, presentada en 1759, había sido denegada, sin embargo en esta ocasión se concede el permiso oficial el 17 de enero de 1772, con la designación de don Nicolás Ramírez de Arellano como su primer alcalde. Esta gestión fue ante el gobernador don Miguel de Muesas, conocido también como fundador de pueblos. Durante mediados del siglo XIX Cabo Rojo se constituye en un centro de idealistas e intelectuales de la época, entre éstos pueden mencionarse a Betances, Brau, Carbonell, y por qué no decirlo, el eternamente Pirata Cofresí. Las proezas de estos caborrojeños marcaron un hito en la historia de Puerto Rico. Hoy Cabo Rojo se asoma a un nuevo siglo comprometido con las expectativas del futuro, a su vez, atado al reto que enmarcan sus MODELOS HISTÓRICOS.